Somos parte de una trama perfecta en la que cada cual tiene su para que y por eso ahi que RESISTIR, Que nos volvamos a ver antes de dejarnos de ver.

martes, 30 de noviembre de 2010

Carta.

Hoy hace mucho frío fuera y dentro de mí. Pienso que tal vez siempre fue así
pero estaba ciega, entonces ahora sí puedo darme cuenta porque ciertas cosas me fueron
abriendo los ojos de a poco.
Quise escaparme un poco de la realidad pensando que todo iba a cambiar con el
tiempo
, pero ya ves: mañana van a ser ocho meses y todo sigue igual. Mal.
Este email puede parecerte muchas cosas, incluso un email como cualquier otro
de los cientos que te mandé durante meses. Pero este es diferente, es el de despedida.
No me voy por una semana o por dos, me voy de tu vida para siempre porque sé que
estoy de más. No me necesitás tanto como yo a vos y muchas veces me dijiste que en
las relaciones hay que dar y recibir por igual; no se está cumpliendo esa regla. Siento
que siempre sentí más que vos.

Entonces digamos en nuestra relación no existe un equilibrio. O no nos vemos
nunca, o estamos peleados… siempre hay un tema para discutir entre nosotros. No
tuvimos ni una sola semana de paz en ocho meses. Creo que es importante un poco de
relax, creo que llegó el día, ¿no?
El tema de vernos más seguido también quedó en la nada. Ya ves: durante el año
te veo (si se te antoja) dos veces por semana. Ahora estoy en vacaciones, no te voy a ver
ni una vez. Hoy no, Alejandro tiene una reunión de amigos. Mañana tampoco, viaja.
¿Qué tiempo me dedicas de tu vida? ¿Cuatro horas por semana? ¿eso es un noviazgo?
“Con respecto a vernos más seguido, sabés que se complica un poco: mis horarios, los
tuyos, estamos un poco lejos, etc; pero vamos a tratar”. No. No te creo una palabra más.
Ahora ni siquiera nos vemos los días que supuestamente nos teníamos a que ver.
Olvidate.
A los dos nos gusta que el otro nos diga cuánto nos quiere, pero ninguno de los
dos obtuvo nunca lo que quiso. Nunca fue bastante, no nos alcanzó. Tal vez a vos sí te
alcanzó, porque no necesitaste nunca verme. Pero no fue suficiente para mí, que te quise
con el alma y no podía verte jamás. Tampoco tuviste en cuenta que además de escuchar
“te quieros” hay que demostrarlos. Shakespeare dijo alguna vez: “no ama quien no lo
demuestra”. Creo que describe perfectamente el “amor” que me tenías.
“Pendeja, no lastimes a quien necesitás, tirá tu orgullo a la mierda alguna vez”.
Me parece que te hice demasiado caso. Dejé que hicieras lo que quisiste, que vinieras
cuando quisieras, que hicieras y deshicieras sin importarte nada de mí. ¿Pensás que sos
el único que extraña?

Además, había muchas diferencias entre nosotros. Pero la más notoria era que yo
no me quería nada y vos te amabas demasiado. Tanto que en vos no había lugar para mí.
Tal vez encuentres a alguien a quien ames tanto como te amas a vos mismo y ese va a
ser el amor verdadero. Es un consejo, si yo no lo aguanté, creo que nadie lo va a
aguantar, porque yo con esas cosas soy bastante paciente. Es solo un consejo.
La pregunta es: ¿por qué no me dijiste desde el principio que te habías tomado
nuestra relación de otra manera? ¿Por qué no me advertiste? Te hubiera amado menos,
te hubiera dado menos
. Ahora estoy atada a vos y es un infierno; por eso decido
alejarme ahora. Porque si seguimos con esto que no tiene nombre, voy a amarte cada día
mucho más y no es eso lo que quiero. Tal venzo tendríamos que haber desafiado a nada
ni a nadie, y vos tendrías que estar con alguien de tu edad y yo con alguien de la mía.
Mejor encuentro a alguien que pueda ver a los amigos todos los días, así ellos no me
quitan el tiempo que me tiene que dedicar. Voy a tenerlo en cuenta a la hora de elegir la
próxima vez.
Lo que más duele es que nunca tuve prioridad en tu vida. Tu felicidad era
condición única para que yo estuviera bien. Siempre te tuve arriba, como el religioso
tiene a Dios. Pero yo nunca te interesé demasiado, sino hubieses tenido más ganas de
verme. Tal vez tantas como yo. Nunca tuve prioridad en tu vida, mientras que vos fuiste
todo en la mía.
Ni como novio, ni como hermano, ni como amigo; me duele verte, escribirte o
escucharte. Este es el último email, espero que sepas que no me adapté a tu estilo de
vida, a tu filosofía de vida “Light”, cero obligaciones conmigo. No era eso lo que quería
para nosotros.

Yo escribo esto suponiendo que vas a entender porque se te ve un tipo inteligente.
Así que a partir de hoy, voy a empezar de nuevo. No quiero hablar con vos. No quiero
verte, no quiero escucharte. No me gustó tu “manera”. Tal vez cuando sea más grande
me acuerde de vos y entienda lo que me habías querido decir. Quizás ya lo entendí. Por
eso hoy, Alejandro, hoy que quiero decidir, prefiero estar con alguien que me ame a mi
manera.




No hay comentarios:

Publicar un comentario